¿Quién no ama a Les Luthiers?

Ha pasado mucho desde la última vez que les dejé un post, así que de antemano pido disculpas. Se vienen muchas novedades en el blog, así que estén atentos. ¡Prometo que van a verme por aquí más seguido! Por el momento, vamos a lo que nos compete; la explicación a la foto que les traigo el día de hoy. La semana pasada fui a la librería y me traje éstos dos ejemplares por una simple razón: Soy fanática de Les Luthiers desde la panza. Es una herencia familiar, algo que nos une como nada en el mundo y nos hace completamente felices, cómplices entre risas y códigos que nos recuerdan a diferentes épocas de nuestras vidas.
Lloré terriblemente con la muerte de Daniel. Fue como si me arrancaran un pedazo de mi vida, como si mi corazón ya no pudiera volver a sentir alegría. Y me dirán que estoy loca, que cómo puedo llorar con la muerte de alguien famoso, que no conozco, etc… Pero Daniel era parte de mi familia, era un habitué de mis almuerzos de domingo; me hacía reír cuando nadie más podía.. ¿Cómo no iba a llorarlo? Estoy muy ansiosa por leer Neneco para seguir manteniendo su llama encendida, porque él jamás se va a ir de nuestros corazones. El eterno Daniel, al cual amaremos por siempre.
Y qué decir de Nuño, nuestro querido Carlitos, del cual envidio sus manos y su talento; el que da abrazos que no se olvidan. Estoy feliz de poder tener éste ejemplar, para conocer las internas de LL desde el mejor lugar posible: las memorias de uno de sus integrantes.
Les Luthiers no va a ser lo mismo sin ustedes. A ambos, así como al resto de los Luthiers, les agradezco desde lo más profundo de mi ser por tanto. Por todo. Por ser eternos y por regalarme sonrisas, el mejor obsequio que alguien nos puede dar en éste mundo que me asusta.

Ya tendrán la reseña detallada de ambos libros. Será lo primero que lea cuando termine septiembre. Si se fijan bien, hay un par de links a lo largo del post. Si no conocen, los invito a entrar para deslumbrarse con la genialidad de Les Luthiers. Y si saben quiénes son, vuelvan a verlos. Una y otra vez. Porque vale toda la pena del mundo.

Un abrazo, y gracias por leer.

Lizz ✩